5 d’agost del 2011

volvera casa

Volver a casa después de un tiempo de ausiencia siempre produce en mí una sensación muy contradictoria. Los primeros días me doy cuenta de lo mucho que echaba de menos esta rutina sin definir, esta gente, estas comidas y esta ciudad. Me doy cuenta de lo mucho que amo esta Palma, mucho más de lo que la mayoría de veces imagino, mucho más de lo que incluso quiero, mucho más de lo que esta se merece. Me doy cuenta cuánto necesitaba pasear por sus calles, aunque estas estén llenas de turistas, aunque ya casi no reconozca ninguna cara, aunque todo esté en obras, aunque haga un calor horrendo.

Cuando vuelves a casa te das cuenta que tu cama siempre ha estado allí, que tus peluches te han esperado en aquel rincón y que los cuadros siguen en la misma posición, solo que con un poco más de polvo. Cuando vuelves a casa y entras por esa puerta, tienes la sensación que nada en todo este tiempo ha cambiado. Todo está en aparencia igual, incluso te produce las mismas sensaciones. Pero mentira, esa es una verdad a medias. Todo ha cambiado. El peluche ya no te mira igual, el perro tarda más en reconocer quien eres, los vecinos te aseguran que has cambiado cuando tú te ves igual, los amigos no saben cómo resumirte ese tiempo y la ciudad entera se ha transformado. Lo ha hecho poco a poco, paso a paso, sin querer o queriendo, pero lo ha hecho. Tú te das cuenta de que ese restaurante no estaba allí, de que tú tienda ha cerrado, que tus conocidos se han mudado. Te das cuenta porqué paseas con los ojos más abiertos que nunca, con más ansias de devorar todo, de recuperar todo el tiempo que has estado fuera. Lo exploras todo como si fuese la primera vez, como si fueses aquel turista que acaba de llegar en ese crucero que amarra cada día.

Y muy a tu pesar, te das cuenta que esa sensación inicial se ha esfumado que lo que en apariencia era estático es más dinámico que tú. Te das cuenta que todo cambio, incluso más de lo que has hecho tú. Pero también te das cuenta que a pesar de no ser ese mismo sitio que abandonaste sigues amando esa ciudad por encima de todo. Porque es tu ciudad y forma parte de tí.

28 de juliol del 2011

Antonina ha sido lo mejor de Antònia

Quería escribir algo para terminar este ciclo. Quería hacerlo porqué creo que me lo debo, que os lo debo, que lo necesito para interiorizar que Praga is over. Pero aquí estoy, sin saber bien qué decir. Borrando y empezando a teclear de nuevo una y otra vez. Nada me gusta. Nada consigue expresar exactamente como me siento. Creo que no lo lograría ni escribiendo mil hojas. Es todo tan raro, tan indefinido, tan incomprensible, tan todo y tan nada.

Me parece tan inverosímil pensar que hace 5 meses y 13 días que aquel avión despegó de El Prat y que ese día nació Antonina. Ese día empezó algo que ha sido de lo mejor de esta Antònia. No hace falta nombrar a cada personaje que me ha hecho feliz, porqué estos lo saben, porque me lo han demostrado con momentos, palabras, gesto y miradas. Porque aunque suene típico lo que me asusta más es pensar cómo se puede coger cariño tan rápido, cómo se puede dar tanta confianza en cuestión de días, como se estrechan lazos de maneras increibles.

Pero sobretodo, me asusta darme cuenta de lo mucho que os echo de menos, de lo mucho que daría por pasear por Praga otra vez, de lo mucho que quiero abrazaros una vez más y deciros lo importante que habéis sido para mi, aunque no os hayáis dando cuenta, aunque estéis lejos, aunque lo hayáis hecho sin querer o queriendo. Porqué vosotros y Praga ha sido una combinación perfecta. Habéis sido mi mejor decisión.

Adoro Mallorca. La amo. Pero la amo como ciudad dónde volver después de un tiempo de ausencia, después de echarla de menos. Porque sé que ella siempre estará allí, pero no yo. Porqué como dice algún autor de algún libro "la patria no existe, es un invento, lo que existe es el lugar donde un día fuimos felices".

Y yo, yo cada día tengo más claro que aunque llore, aunque me duela despedirme cuando conozco gente fantástica, quiero que mi vida transcurra en sitios diferentes, en lugares dispares y alejados uno del otro. Quiero vivir, descubrir, conocer más gente como vosotros. Quiero crear más Antoninas y más Pragas con personas como vosotros. Quiero que seáis el principio de todo y como buen principio, siempre es a lo que se le tiene más cariño.

Antonina debería convertirse ahora en un recuerdo, un recuerdo que conviva siempre con esta Antònia. Una Antònia nueva que no puede más que dar las gracias y sentirse afortunada por haber sido durante 5 meses y 13 días una Antonina con unas personitas maravillosas. Antonina ha sido lo mejor de esta Antònia.

Y yo, siendo Antonina o Antònia, sigo siendo amante de Kapuscinsk y siempre tiene algo que exprese mi estado:

Hay lugares de los que venimos todos, lugares comunes de hondas raíces, que hacen de nosotros lo que somos. Y los desdeñamos o los tratamos a la ligera, a nuestro propio riesgo. Les volvemos la espalda, a riesgo de despreciarnos a nosotros mismos. Hay un sentido que hace que necesitemos volver a casa, y podemos hacerlo. No para recobrar un hogar, no. Pero sí para santificar un recuerdo.

10 de juliol del 2011

otra nueva praga

Es domingo y volvemos a aquella costumbre que empecé estando en Praga. Sigo en Praga. En una Praga diferente pero sigue siendo Praga. Una Praga ajena a aquella que me recibió hace cinco largos meses. Una Praga que no se parece a siple vista a aquella que fue el fondo del puzle que montamos durante ese tiempo de compartir vidas y sentimientos. Cada una de las piezas de este puzle está ya en su casa y a mi, irremediablemente, me toca hablar en pasado y desafiar y descubrir esta nueva Praga. Esta nueva Praga que, contradictoriamente, se me antoja más accesible que antes. Esta nueva Praga que me sorprende todavía más cuando ya creía que era imposible soprenderme más. Esta Praga que ha dejado atrás su frío para dar paso a los días de sol y lluvia, de lluvia y sol. Y dar paso, también, a estas manadas de guiris que vienen a robar su esencia, su belleza.

He redescubierto una nueva Praga sin vosotros. Ni más bella, ni más fea. Simplemente otra nueva Praga donde no hay trams 22, ni Atmospheres, ni New Yorkers, ni Charles Universities. Otra nueva Praga solo para mí. Yo y ella. Ella y yo. Otra Praga que me ha enseñado a no tener miedo de escuchar solo mis pasos, a no buscaros en los sitios dónde alguna vez estuvimos, a no tener miedo al número uno. Una Praga que se ha adaptado a mi ritmo, o yo al suyo, ya no lo sé.

Vivo en una Praga totalmente diferente pero en esencia sigue siendo esa Praga que me conquistó. Porqué aunque haya aceptado que no estáis aquí y me haya adueñado de la ciudad, Praga siempre será el telón de fondo de nuestro puzle. Y lo bonito de los puzles es que los guardas. Los guardas en algún hueco de algún mueble de algún sitio de tu casa. Los guardas hasta que un día abres el mueble y te acuerdas. Te acuerdas de la belleza de ese puzle e involuntariamente sonríes para tus adentros.

19 de juny del 2011

Junio, me robas

Hace nada me despedía de Mayo con los ojos empañados, dándole las gracias por haber sido, por haberme hecho feliz. Ahora estos ojos empañados ya han llorado y ya se han anclado en un estado permanente de tristeza. Ahora vivo este Junio con contradicciones. Como siempre el tópico de que el tiempo nos come se convierte en una realidad que nadie quiere afrontar en Praga. Huir siempre ha sido de cobardes, o eso dicen, pero si puediese correr, desaparecer y no sentir, lo haría y sin dudarlo.

Junio, ¡qué bonito eras cuando vivía en Mallorca y no existían las despedidas! Ahora, ahora con tus 19 días tachados en el calendario se han ido tantas cosas y tanta gente. Se ha ido Cracovia, con ese encanto polaco, con ese escalofrío de Auschwitz, con ese calor abrasante, con esa gente especatuclar. Cracovia te has ido, pero volverás en un mes, aunque todos sabemos que no serás la misma. Todos sabemos que nunca nada es lo mismo, aunque nos esforcemos en aparentar, en querer demostrar que podemos hacer que todo sea tan perfecto como la primera vez. Cracovia, volverás, me reenamorarás pero serás tan diferente.

Y también se ha ido el viaje, el grande, el que ansiábamos, el que esperábamos con más ilusión que nunca. Te has ido Bosnia. Te has ido Croacia. Os habéis ido dejando en mí esa sensación que queda después de terminar algo que había anhelado tanto. Os habéis ido dándome momentos para guardar en esa cinta de la memoria. Os habéis ido enamorándome, sobretodo tu, Sarajevo, con tus calles llenas de historias trágicas, con tus combinaciones de religiones, de estilo occidental y oriental, con tu burek y cevapi, con tu todo y con tu nada, con tu conjunto, con tus historias de tus gentes que vivieron una cruel guerra, con tu encanto particular. Toda tu me enamoraste. Y tu Móstar casi estuviste a la altura que la capital. Me impactó tanto ver ese vídeo que mostraba como 15 años atrás esas calles estaban bajo las ruinas. Me impactó tanto el turquesa de tu río y el frío de tus aguas, que creo que me costará tiempo olvidarlo.

Y tu Croacia no has sido menos, aunque demasiada turística para mi. Dubrovnik serías preciosa con menos extranjeros, con más calles con ropa tendida y menos souvernirs, con más miradores gratis y menos camareros vendiéndote platos a precios desorbitados. Pero aún así eres inmensa, eres gigante, espectacular. Aún así tienes unas aguas que me hipnotizaron, unas costas que me trasladaron a casa, unas calles que me recordaron a Valldemossa. Porqué gracias a ti, Croacia, tuve la sensación de volver a pasear por el Mediterrano, entre guiris alemanes e ingleses, entre espectaculos de calle y helados.

Ay Junio, estás aquí, te vivo, pero ahora también sin una parte importante. Junio viniste deprisa y me quitaste uno de mis pilares valenciano-checos erasmusiles. Te llevaste esa persona que me entendía, que me supo interpretar tan bién. Esa persona que compartía mis tardes de helados, de batidos, mis caminatas por Mala Strana, mis cenas de pollo y patatas. Esa persona que venía a clase de parvulario conmigo y que hablaba con la mirada. Te llevaste ese alguien indispensable haciendo de Praga ahora una ciudad con menos chispa. Una ciudad que me emociona cada vez que llego después de cada viaje, una ciudad a la que ya considero hogar, pero una ciudad que poco a poco se va desmontando en pedazos y que dentro de tres semanas el puzzle que montamos ya solo estará en nuestras mentes y nuestros corazones.

7 de juny del 2011

Gracias

Me he puesto el gorro de paja de verano y he decidido salir de esta pensión. Me he mirado en el espejo para ver las pintas que llevaba. Tenía pintas, claro, unos ojos rojos llorosos, una coleta medio deshecha y unas gafas todavía sucias de lágrimas. He decido salir del hostel y afrontar esta Praga vacía, esta Praga que ya no es la misma, esta Praga que ya no es mi Praga. He decidido salir con lo que muchos me reconocéis, con mi cámara al cuello, para tener que evitar mirar directamente esta ciudad. He decidido salir y afrontar el miedo de caminar por esas calles que solo me recuerdan a vosotros. Mi miedo es encontrar fantasmas que lleven vuestras caras, escuchar nuestras risas y sentir abrazos donde no los haya. Mi miedo es encontraros en las esquinas, en los tescos, en los carteles, en las calles, en la comida, en los trams, en los guiris, en los helados, en el New Yorker o en Karlovo Most. Mi miedo es que no sepa vivir conmigo misma durante 6 días en esta ciudad que ahora se alza gigante, con calles frías y llenas de gente que solo está de paso. Gente que nunca llegará a saber lo que Praga fue para mi, para nosotros. Praga ahora has cambiado, pero es que incluso así no puedo odiarte, porqué sigues siendo preciosa. Nadie puede negarte esa belleza innata, aunque creo que ahora ya no eres para mi. No sin ellos. Sin cada uno de ellos, con sus defectos y sus virtudes.

Pero si pienso fríamente, sé que todo esto es solo un miedo. Sé que, como siempre, seré capaz de afrontar estos días sin vosotros. Solo es cuestión de acostumbrarse, de no buscaros, de no rememoraros, de aprender a querer lo que tuvimos sin esperar revivirlo. Solo es cuestión de hacerle caso a mi Sabina y no volver al lugar donde fuimos felices. Solo es cuestión de asimilar, aceptar y ser feliz. Ser feliz porqué os he conocido y me habéis hecho grande. Ser feliz porqué sé que ahora tengo amigos repartidos por todas las partes. Sé que no nos veremos cada día, ni tampoco hablaremos, pero tampoco necesito que me digáis que estaréis allí, porqué lo sé, porqué me lo han dicho vuestros abrazos, vuestras lágrimas antes de iros, vuestros actos, vuestros gestos, vuestros comentarios durante estos 5 meses. Todos vosotros habéis hecho de esta una nueva Antònia que no olvidarà nunca nada de estos meses. Todos vosotros habéis hecho que sea feliz y sé que todo esto, de una manera u otra, continuará, sea donde sea. Por eso, por eso cuando vuelvo a llorar pensando en cada uno de vosotros pienso que como cierta personita dice, esto no ha sido un adiós, esto ha sido un hasta luego, un punto y a parte en nuestra historia que no ha hecho nada más que empezar.

Gracias

31 de maig del 2011

Te vas. Adiós mayo

Adiós Mayo, adiós. Te despido con una sonrisa forzada, un corazón encogido y unos ojos humedecidos. Es de las primeras veces que no quiero que pases, que no quiero arrancarte para siempre y dejarte en el fondo de el cajón donde meto todo aquello que quiero olvidar. Es de las primeras veces que me gustaría que fueses eterno, que me embriagases con tus días, que fueses un laberinto sin salida. Me gustaría que fueses como un disco rallado que se repite y se vuelve a repetir. Me gustaría que fueses como aquel texto que releo y releo y nunca me canso de hacerlo. Me gustaría que fueses como esa canción que se queda en mi cabeza y que tarareo incluso en mis sueños. Me gustaría que fueses inmenso, inolvidable, intocable. Me gustaría que fueses mi Mayo. Que fueses eterno.

Adiós Mayo. Te vas y contigo se van mis viajes, mis helados, mis tardes andando por Praga. Contigo se van mis esperanzas de que durases para siempre, mis amores y mis amistades. Contigo se van los parques, los ríos y los pájaros. Las pedaletas en el Moldava, los descansos en el Letna, los buses y trams, los Tescos y Alberts. Contigo se van las ansias de vivir al límite, de desear un día más. Contigo se va sin irse la gente.

Adiós Mayo. Sin ti, sin ti ahora solo queda un Junio. Un Junio que pinta como el mejor mes de mi vida, pero solo queda uno. Contigo Mayo quedaban esperanzas, sueños e mil historias por cumplir. Sin ti Mayo, sin ti quedan recuerdos inclasificables pero esperanzadores que un día sabré apreciar. Ahora sin ti Mayo pero contigo Junio. Contigo se irá de verdad la gente, contigo terminará todo. Pero todo empezará de nuevo de otra manera y en otro sitio. Otro ciclo. Otra vida. Otra Antònia.

Mayo he amado cada uno de tus días, he vivido con pasión cada una de tus horas, he esperado momentos claves, he deseado que fueses eterno. Y ahora Mayo, ahora te vas. Y me dejas aquí, con Junio y Praga, y miles de nombres de ciudades que no sé si sabré querer. Adiós Mayo, fuiste el mejor Mayo en muchos mayos.

30 de maig del 2011

Plaza Catalunya, acampados y United

El Barça me ha vuelto a sacar una sonrisa, como ya lleva haciendo estos tres años incesantemente. Nunca me cansaré de ver a este equipo, de admirarlos, aun sabiendo que no gano nada, aun sabiendo que pierdan o ganen yo continuaré con mis estudios, mi gente, mi vida. Pero es que el futbol es una de mis pasiones y el Barça está arriba de todo. Muchas veces me indigno pensando cómo puede ser que este deporte junte más gente que otras injusticias como la de el viernes en Plaza Catalunya. Me indigno, y mucho. Pero pienso y reconozco que almenos soy consecuente con mis palabras y voy a Plaza Catalunya para ambas cosas. Esa plaza ha visto como he demostrado mi amor y mi pasión por el Barça, pero también mi indignación por planes Boloña, guerras y cargas policiales.

Y estando aquí en Praga en dos días he echado tantísimo de menos esa Plaza donde llega mi aerobus cada vez que vuelvo de Mallorca, esa Plaza que ve mis reencuentros con amigos y con famílias, esa Plaza donde me despedí por primera vez de mi madre cuando me quedé en Barcelona. Pues sí, te he echado de menos Plaza Catalunya.

Estos dos días me hubiese gustado tanto estar en Barcelona, aunque el viernes me avergonzase de la gente que te lidera. Me avergonzase ver como callaban a porrazos los gritos de libertad, las manos blancas y los corazones ansiosos de oportunidades. Me avergoncé tanto de ti Barcelona, tanto que no te lo mereces. Y estaba aquí en Praga, en mi habitación 157, sin dar crédito a las fotos que veía, los textos que leía y las crónicas que escuchaba. Sin querer aceptar que ese era mi país, mi ciudad, que trataba de esa manera a sus ciudadanos.

Y también te eché de menos ayer, Plaza. Eché de menos vitorear tu nombre Barça hasta quedarme sin voz. Pero todo curte en esta vida y nunca voy a olvidar este 28 de mayo. Un mayo, una final de champions, un Manchester, una ciudad, Praga. Un bar, el Bar de todos los Barça - Madrid. El Bar en que había un culé por 20 ingleses. El Bar donde canté los tres goles con todo el alma, incluso atragantándome con el burrito. Te canté Pedro, te adoré Messi, te vitoreé Villa. Pero los ingleses silenciaban nuestros cánticos. Aunque nosotros ganamos, ellos me demostraron qué es ser un buen aficionado: minuto 85, perdiendo 3-1, se levantan y cantan sin cesar durante 15 minutos "We love united,yes we do". Esto señores, esto es ser fiel, es amar, es dejarse la piel por lo que quieres, es estar orgullosos, es luchar por lo que crees... Ayer en el Bar, los aficionados del United me enseñaron porqué continuan las acampadas, porque la gente que está allí es fiel, ama, se deja la piel por lo que quiere, se siente orgullosa de estar allí, lucha por lo que cree... Y en esta vida no debemos sobrevivir, sinó vivir, y para vivir hay que luchar, creer y amar.