9 de novembre del 2010



Hay lugares de los que venimos todos, lugares comunes de hondas raíces, que hacen de nosotros lo que somos. Y los desdeñamos o los tratamos a la ligera, a nuestro propio riesgo. Les volvemos la espalda, a riesgo de despreciarnos a nosotros mismos. Hay un sentido que hace que necesitemos volver a casa, y podemos hacerlo. No para recobrar un hogar, no. Pero sí para santificar un recuerdo.