19 de juny del 2011

Junio, me robas

Hace nada me despedía de Mayo con los ojos empañados, dándole las gracias por haber sido, por haberme hecho feliz. Ahora estos ojos empañados ya han llorado y ya se han anclado en un estado permanente de tristeza. Ahora vivo este Junio con contradicciones. Como siempre el tópico de que el tiempo nos come se convierte en una realidad que nadie quiere afrontar en Praga. Huir siempre ha sido de cobardes, o eso dicen, pero si puediese correr, desaparecer y no sentir, lo haría y sin dudarlo.

Junio, ¡qué bonito eras cuando vivía en Mallorca y no existían las despedidas! Ahora, ahora con tus 19 días tachados en el calendario se han ido tantas cosas y tanta gente. Se ha ido Cracovia, con ese encanto polaco, con ese escalofrío de Auschwitz, con ese calor abrasante, con esa gente especatuclar. Cracovia te has ido, pero volverás en un mes, aunque todos sabemos que no serás la misma. Todos sabemos que nunca nada es lo mismo, aunque nos esforcemos en aparentar, en querer demostrar que podemos hacer que todo sea tan perfecto como la primera vez. Cracovia, volverás, me reenamorarás pero serás tan diferente.

Y también se ha ido el viaje, el grande, el que ansiábamos, el que esperábamos con más ilusión que nunca. Te has ido Bosnia. Te has ido Croacia. Os habéis ido dejando en mí esa sensación que queda después de terminar algo que había anhelado tanto. Os habéis ido dándome momentos para guardar en esa cinta de la memoria. Os habéis ido enamorándome, sobretodo tu, Sarajevo, con tus calles llenas de historias trágicas, con tus combinaciones de religiones, de estilo occidental y oriental, con tu burek y cevapi, con tu todo y con tu nada, con tu conjunto, con tus historias de tus gentes que vivieron una cruel guerra, con tu encanto particular. Toda tu me enamoraste. Y tu Móstar casi estuviste a la altura que la capital. Me impactó tanto ver ese vídeo que mostraba como 15 años atrás esas calles estaban bajo las ruinas. Me impactó tanto el turquesa de tu río y el frío de tus aguas, que creo que me costará tiempo olvidarlo.

Y tu Croacia no has sido menos, aunque demasiada turística para mi. Dubrovnik serías preciosa con menos extranjeros, con más calles con ropa tendida y menos souvernirs, con más miradores gratis y menos camareros vendiéndote platos a precios desorbitados. Pero aún así eres inmensa, eres gigante, espectacular. Aún así tienes unas aguas que me hipnotizaron, unas costas que me trasladaron a casa, unas calles que me recordaron a Valldemossa. Porqué gracias a ti, Croacia, tuve la sensación de volver a pasear por el Mediterrano, entre guiris alemanes e ingleses, entre espectaculos de calle y helados.

Ay Junio, estás aquí, te vivo, pero ahora también sin una parte importante. Junio viniste deprisa y me quitaste uno de mis pilares valenciano-checos erasmusiles. Te llevaste esa persona que me entendía, que me supo interpretar tan bién. Esa persona que compartía mis tardes de helados, de batidos, mis caminatas por Mala Strana, mis cenas de pollo y patatas. Esa persona que venía a clase de parvulario conmigo y que hablaba con la mirada. Te llevaste ese alguien indispensable haciendo de Praga ahora una ciudad con menos chispa. Una ciudad que me emociona cada vez que llego después de cada viaje, una ciudad a la que ya considero hogar, pero una ciudad que poco a poco se va desmontando en pedazos y que dentro de tres semanas el puzzle que montamos ya solo estará en nuestras mentes y nuestros corazones.

7 de juny del 2011

Gracias

Me he puesto el gorro de paja de verano y he decidido salir de esta pensión. Me he mirado en el espejo para ver las pintas que llevaba. Tenía pintas, claro, unos ojos rojos llorosos, una coleta medio deshecha y unas gafas todavía sucias de lágrimas. He decido salir del hostel y afrontar esta Praga vacía, esta Praga que ya no es la misma, esta Praga que ya no es mi Praga. He decidido salir con lo que muchos me reconocéis, con mi cámara al cuello, para tener que evitar mirar directamente esta ciudad. He decidido salir y afrontar el miedo de caminar por esas calles que solo me recuerdan a vosotros. Mi miedo es encontrar fantasmas que lleven vuestras caras, escuchar nuestras risas y sentir abrazos donde no los haya. Mi miedo es encontraros en las esquinas, en los tescos, en los carteles, en las calles, en la comida, en los trams, en los guiris, en los helados, en el New Yorker o en Karlovo Most. Mi miedo es que no sepa vivir conmigo misma durante 6 días en esta ciudad que ahora se alza gigante, con calles frías y llenas de gente que solo está de paso. Gente que nunca llegará a saber lo que Praga fue para mi, para nosotros. Praga ahora has cambiado, pero es que incluso así no puedo odiarte, porqué sigues siendo preciosa. Nadie puede negarte esa belleza innata, aunque creo que ahora ya no eres para mi. No sin ellos. Sin cada uno de ellos, con sus defectos y sus virtudes.

Pero si pienso fríamente, sé que todo esto es solo un miedo. Sé que, como siempre, seré capaz de afrontar estos días sin vosotros. Solo es cuestión de acostumbrarse, de no buscaros, de no rememoraros, de aprender a querer lo que tuvimos sin esperar revivirlo. Solo es cuestión de hacerle caso a mi Sabina y no volver al lugar donde fuimos felices. Solo es cuestión de asimilar, aceptar y ser feliz. Ser feliz porqué os he conocido y me habéis hecho grande. Ser feliz porqué sé que ahora tengo amigos repartidos por todas las partes. Sé que no nos veremos cada día, ni tampoco hablaremos, pero tampoco necesito que me digáis que estaréis allí, porqué lo sé, porqué me lo han dicho vuestros abrazos, vuestras lágrimas antes de iros, vuestros actos, vuestros gestos, vuestros comentarios durante estos 5 meses. Todos vosotros habéis hecho de esta una nueva Antònia que no olvidarà nunca nada de estos meses. Todos vosotros habéis hecho que sea feliz y sé que todo esto, de una manera u otra, continuará, sea donde sea. Por eso, por eso cuando vuelvo a llorar pensando en cada uno de vosotros pienso que como cierta personita dice, esto no ha sido un adiós, esto ha sido un hasta luego, un punto y a parte en nuestra historia que no ha hecho nada más que empezar.

Gracias