31 de maig del 2011

Te vas. Adiós mayo

Adiós Mayo, adiós. Te despido con una sonrisa forzada, un corazón encogido y unos ojos humedecidos. Es de las primeras veces que no quiero que pases, que no quiero arrancarte para siempre y dejarte en el fondo de el cajón donde meto todo aquello que quiero olvidar. Es de las primeras veces que me gustaría que fueses eterno, que me embriagases con tus días, que fueses un laberinto sin salida. Me gustaría que fueses como un disco rallado que se repite y se vuelve a repetir. Me gustaría que fueses como aquel texto que releo y releo y nunca me canso de hacerlo. Me gustaría que fueses como esa canción que se queda en mi cabeza y que tarareo incluso en mis sueños. Me gustaría que fueses inmenso, inolvidable, intocable. Me gustaría que fueses mi Mayo. Que fueses eterno.

Adiós Mayo. Te vas y contigo se van mis viajes, mis helados, mis tardes andando por Praga. Contigo se van mis esperanzas de que durases para siempre, mis amores y mis amistades. Contigo se van los parques, los ríos y los pájaros. Las pedaletas en el Moldava, los descansos en el Letna, los buses y trams, los Tescos y Alberts. Contigo se van las ansias de vivir al límite, de desear un día más. Contigo se va sin irse la gente.

Adiós Mayo. Sin ti, sin ti ahora solo queda un Junio. Un Junio que pinta como el mejor mes de mi vida, pero solo queda uno. Contigo Mayo quedaban esperanzas, sueños e mil historias por cumplir. Sin ti Mayo, sin ti quedan recuerdos inclasificables pero esperanzadores que un día sabré apreciar. Ahora sin ti Mayo pero contigo Junio. Contigo se irá de verdad la gente, contigo terminará todo. Pero todo empezará de nuevo de otra manera y en otro sitio. Otro ciclo. Otra vida. Otra Antònia.

Mayo he amado cada uno de tus días, he vivido con pasión cada una de tus horas, he esperado momentos claves, he deseado que fueses eterno. Y ahora Mayo, ahora te vas. Y me dejas aquí, con Junio y Praga, y miles de nombres de ciudades que no sé si sabré querer. Adiós Mayo, fuiste el mejor Mayo en muchos mayos.

30 de maig del 2011

Plaza Catalunya, acampados y United

El Barça me ha vuelto a sacar una sonrisa, como ya lleva haciendo estos tres años incesantemente. Nunca me cansaré de ver a este equipo, de admirarlos, aun sabiendo que no gano nada, aun sabiendo que pierdan o ganen yo continuaré con mis estudios, mi gente, mi vida. Pero es que el futbol es una de mis pasiones y el Barça está arriba de todo. Muchas veces me indigno pensando cómo puede ser que este deporte junte más gente que otras injusticias como la de el viernes en Plaza Catalunya. Me indigno, y mucho. Pero pienso y reconozco que almenos soy consecuente con mis palabras y voy a Plaza Catalunya para ambas cosas. Esa plaza ha visto como he demostrado mi amor y mi pasión por el Barça, pero también mi indignación por planes Boloña, guerras y cargas policiales.

Y estando aquí en Praga en dos días he echado tantísimo de menos esa Plaza donde llega mi aerobus cada vez que vuelvo de Mallorca, esa Plaza que ve mis reencuentros con amigos y con famílias, esa Plaza donde me despedí por primera vez de mi madre cuando me quedé en Barcelona. Pues sí, te he echado de menos Plaza Catalunya.

Estos dos días me hubiese gustado tanto estar en Barcelona, aunque el viernes me avergonzase de la gente que te lidera. Me avergonzase ver como callaban a porrazos los gritos de libertad, las manos blancas y los corazones ansiosos de oportunidades. Me avergoncé tanto de ti Barcelona, tanto que no te lo mereces. Y estaba aquí en Praga, en mi habitación 157, sin dar crédito a las fotos que veía, los textos que leía y las crónicas que escuchaba. Sin querer aceptar que ese era mi país, mi ciudad, que trataba de esa manera a sus ciudadanos.

Y también te eché de menos ayer, Plaza. Eché de menos vitorear tu nombre Barça hasta quedarme sin voz. Pero todo curte en esta vida y nunca voy a olvidar este 28 de mayo. Un mayo, una final de champions, un Manchester, una ciudad, Praga. Un bar, el Bar de todos los Barça - Madrid. El Bar en que había un culé por 20 ingleses. El Bar donde canté los tres goles con todo el alma, incluso atragantándome con el burrito. Te canté Pedro, te adoré Messi, te vitoreé Villa. Pero los ingleses silenciaban nuestros cánticos. Aunque nosotros ganamos, ellos me demostraron qué es ser un buen aficionado: minuto 85, perdiendo 3-1, se levantan y cantan sin cesar durante 15 minutos "We love united,yes we do". Esto señores, esto es ser fiel, es amar, es dejarse la piel por lo que quieres, es estar orgullosos, es luchar por lo que crees... Ayer en el Bar, los aficionados del United me enseñaron porqué continuan las acampadas, porque la gente que está allí es fiel, ama, se deja la piel por lo que quiere, se siente orgullosa de estar allí, lucha por lo que cree... Y en esta vida no debemos sobrevivir, sinó vivir, y para vivir hay que luchar, creer y amar.

15 de maig del 2011

complicadamente simple

Y me pregunto yo cómo es posible que eche más de menos lo que todavía estoy viviendo y no lo que he dejado atrás. Siempre he pensado que soy complicadamente simple. Siempre he pensado que en cuestión de echar de menos siempre he sido complicadamente sencilla. Y rara, como no. No se si es una suerte o no, pero echo de menos cuando alguien me recuerda que debo echar de menos, cuando se presupone que toca echar de menos, cuando está establecido que debes echar de menos, cuando alguien echa de menos. Porqué yo creo que no sé echar de menos de la forma convencional. Cada uno tiene sus propios valores, sus propias maneras de vivir y ser feliz y cada uno tiene sus maneras de echar de menos. Y a mi me duele más lo que vivo que lo que se queda en otro sitio. Me atormenta mucho más lo que voy a dejar que lo que ya he dejado atrás. Me pone más triste lo que voy a perder que lo que ya he perdido.

11 de maig del 2011

Praga, te tengo en el alma

Todo sigue demasiado rápido. Me acuerdo de cuando hablábamos y planeábamos el gran viaje a Viena. El que sería (y fue) uno de los viajes estrellas. El que tenía que ser de todos, el de Mayo. El viaje que nos llevaría a Austria y a Eslovaquia. Ahora, dos días después, aquí en Praga, me doy cuenta del jodido tiempo. Me doy cuenta que el tiempo pasa más rápido que la propia luz y para mi,todo esto es demasiadoi. Esta ciudad me asusta. Me asusta ir al beergarden de Namesti Miru y enamorarme cada día más de esa vista. Me asusta enamorarme de las puestas de sol, que aquí son más preciosas que en ningún sitio. Me asusta su belleza, la facilidad con la que la quieres, la facilidad con la que es fácil ser feliz aquí... Y me doy cuenta que oficialmente solo me quedan dos meses para terminar de disfrutar de esta ciudad, de esta vida. Pero sobretodo, me doy cuenta que solo me quedan dos meses para terminar de disfrutar de esta gente. Esta gente que es mi día a día, mi vida ahora mismo. Y tengo un final tan incierto, que solo sé que les veré marchar en cuenta gotas, uno por uno, lágrima tras lágrima. Y eso, eso no me gusta nada.

Pues eso, que Viena estaba inmensa. Estaba despampanante con sus jardines, su buen tiempo y su espíritu imperial. Despampanante con sus palacios y museos. Pero para mi sigue siendo demasiado Viena. Yo, yo me quedo con Praga y su centro histórico, sus callejones empedrados, sus turistas masificados, su castillo que domina el Moldava. Yo, yo me quedo con esta ciudad a la que sé que cuando esto termina volveré. No sé si para quedarme o por una temporada, pero volveré. Porqué Praga, ya te tengo en el alma.

1 de maig del 2011

y continuamos viviendo

1 de Mayo. Tanto por celebrar. Tantas cosas. Día del trabajador, día de los enamorados en República Checa, día de la madre, día que los checos entraron en la Unión Europea. Y para mi, día de relax, día de pensar, día de disfrutar. Pensar que empieza un nuevo mes aquí, que ya pasamos una hoja más de ese calendario conjunto con Júlia. Pensar que aunque no queramos, este sueño tarde o temprano terminará. Todo este presente de cenas, tardes de no hacer nada, viajes, sonrisas cómplices, carcajadas que nacen de las entrañas, amoríos, deseos y amistades se quedará en stand by. Se quedará, en honor a mi querídisimo Kapuscinsky, en la cinta de la memoria. Esa memoria que al principio nos torturará pero que, como siempre, acabaremos aceptando.

Día de disfrutar de esos pequeños placeres que tanto anhelo, que tanto hacen sentir vivo. No hay nada mejor que unos amigos, una buena música, un sol, un picnic, un relax. Y porqué no, unas cartas. Y todo con un único fondo: la ciudad de Praga. Una ciudad que cada día está más bonita, con esos colores anaranjados de atardeceres, esos cerezos en flor y esos rayos más fríos que cálidos aunque, como ya he dicho, empiece Mayo. Una ciudad que la veas desde el Letna, el castillo, Petrin o Vysherad siempre está hermosa. Siempre es diferente, aunque siempre destaquen esos 8 puentes del Moldava, esas agujas de Tyn y esa torre de televisión. Aunque siempre me quede rato analizando e interiorizando ese paisaje para cuando esté en España poder rememorarlo hasta el mínimo detalle. Porqué lo mejor de todo, cada día que pasa, Praga y esta familia se me clavan más y más, porqué Praga me permite ser tal y como soy.