13 de gener del 2011

La verdad es que no todo empieza un día determinado. No siempre podemos poner una fecha y recordarla para siempre. De hecho, a mi me gustan los números, pero nunca soy capaz de recordar las fechas en que me pasan cosas importantes. Nunca me acuerdo qué día te di el primer beso, qué día te fuiste de este mundo. No sé qué día fue el más importante de mi vida, por ahora.

Pero ahora creo que voy a tener una fecha gravada siempre en mi mente. El 13 de febrero. A partir de hoy, doy por inaugurada la cuenta atrás para que llegue ese día. Todavía queda tanto por vivir durante este mes. Todavía queda tanto por hacer que creo que un mes no será nada. Hay tanto que preparar, tanto que organizar. Pero sobretodo, hay tanto que analizar, vivir y sentir. Porqué ante una aventura siempre se remueven muchos sentimientos.

Si os soy sincera, tengo memoria corta para los sentimientos. No me acuerdo del día que dejé Mallorca para venir a Barcelona. No me acuerdo de mi mes antes. No me acuerdo del dia anterior al día que vine. Por eso escribo. Porqué despues, releyendo, soy capaz de recordar esos momentos, esos sentimientos que me invaden y que a veces soy capaz de plasmar, otras no tanto.

Es hoy, cuando vuelvo a rescatar a Kapuscinsky. Le vuelvo a rescatar porqué es el Maestro del periodismo. Y en mi viaje personal quiero que esté él:

"Al fin y al cabo, el viaje no empieza cuando nos ponemos en ruta, ni acaba cuando alcanzamos el destino. En realidad empieza mucho antes y prácticamente no se acaba nunca porque la cinta de la memoria no deja de girar en nuestro interior por más tiempo que lleve nuestro cuerpo sin moverse de sitio. A fin de cuentas, lo que podríamos llamar contagio de viaje existe, y es, en el fondo, una enfermedad incurable