28 de juliol del 2011

Antonina ha sido lo mejor de Antònia

Quería escribir algo para terminar este ciclo. Quería hacerlo porqué creo que me lo debo, que os lo debo, que lo necesito para interiorizar que Praga is over. Pero aquí estoy, sin saber bien qué decir. Borrando y empezando a teclear de nuevo una y otra vez. Nada me gusta. Nada consigue expresar exactamente como me siento. Creo que no lo lograría ni escribiendo mil hojas. Es todo tan raro, tan indefinido, tan incomprensible, tan todo y tan nada.

Me parece tan inverosímil pensar que hace 5 meses y 13 días que aquel avión despegó de El Prat y que ese día nació Antonina. Ese día empezó algo que ha sido de lo mejor de esta Antònia. No hace falta nombrar a cada personaje que me ha hecho feliz, porqué estos lo saben, porque me lo han demostrado con momentos, palabras, gesto y miradas. Porque aunque suene típico lo que me asusta más es pensar cómo se puede coger cariño tan rápido, cómo se puede dar tanta confianza en cuestión de días, como se estrechan lazos de maneras increibles.

Pero sobretodo, me asusta darme cuenta de lo mucho que os echo de menos, de lo mucho que daría por pasear por Praga otra vez, de lo mucho que quiero abrazaros una vez más y deciros lo importante que habéis sido para mi, aunque no os hayáis dando cuenta, aunque estéis lejos, aunque lo hayáis hecho sin querer o queriendo. Porqué vosotros y Praga ha sido una combinación perfecta. Habéis sido mi mejor decisión.

Adoro Mallorca. La amo. Pero la amo como ciudad dónde volver después de un tiempo de ausencia, después de echarla de menos. Porque sé que ella siempre estará allí, pero no yo. Porqué como dice algún autor de algún libro "la patria no existe, es un invento, lo que existe es el lugar donde un día fuimos felices".

Y yo, yo cada día tengo más claro que aunque llore, aunque me duela despedirme cuando conozco gente fantástica, quiero que mi vida transcurra en sitios diferentes, en lugares dispares y alejados uno del otro. Quiero vivir, descubrir, conocer más gente como vosotros. Quiero crear más Antoninas y más Pragas con personas como vosotros. Quiero que seáis el principio de todo y como buen principio, siempre es a lo que se le tiene más cariño.

Antonina debería convertirse ahora en un recuerdo, un recuerdo que conviva siempre con esta Antònia. Una Antònia nueva que no puede más que dar las gracias y sentirse afortunada por haber sido durante 5 meses y 13 días una Antonina con unas personitas maravillosas. Antonina ha sido lo mejor de esta Antònia.

Y yo, siendo Antonina o Antònia, sigo siendo amante de Kapuscinsk y siempre tiene algo que exprese mi estado:

Hay lugares de los que venimos todos, lugares comunes de hondas raíces, que hacen de nosotros lo que somos. Y los desdeñamos o los tratamos a la ligera, a nuestro propio riesgo. Les volvemos la espalda, a riesgo de despreciarnos a nosotros mismos. Hay un sentido que hace que necesitemos volver a casa, y podemos hacerlo. No para recobrar un hogar, no. Pero sí para santificar un recuerdo.

10 de juliol del 2011

otra nueva praga

Es domingo y volvemos a aquella costumbre que empecé estando en Praga. Sigo en Praga. En una Praga diferente pero sigue siendo Praga. Una Praga ajena a aquella que me recibió hace cinco largos meses. Una Praga que no se parece a siple vista a aquella que fue el fondo del puzle que montamos durante ese tiempo de compartir vidas y sentimientos. Cada una de las piezas de este puzle está ya en su casa y a mi, irremediablemente, me toca hablar en pasado y desafiar y descubrir esta nueva Praga. Esta nueva Praga que, contradictoriamente, se me antoja más accesible que antes. Esta nueva Praga que me sorprende todavía más cuando ya creía que era imposible soprenderme más. Esta Praga que ha dejado atrás su frío para dar paso a los días de sol y lluvia, de lluvia y sol. Y dar paso, también, a estas manadas de guiris que vienen a robar su esencia, su belleza.

He redescubierto una nueva Praga sin vosotros. Ni más bella, ni más fea. Simplemente otra nueva Praga donde no hay trams 22, ni Atmospheres, ni New Yorkers, ni Charles Universities. Otra nueva Praga solo para mí. Yo y ella. Ella y yo. Otra Praga que me ha enseñado a no tener miedo de escuchar solo mis pasos, a no buscaros en los sitios dónde alguna vez estuvimos, a no tener miedo al número uno. Una Praga que se ha adaptado a mi ritmo, o yo al suyo, ya no lo sé.

Vivo en una Praga totalmente diferente pero en esencia sigue siendo esa Praga que me conquistó. Porqué aunque haya aceptado que no estáis aquí y me haya adueñado de la ciudad, Praga siempre será el telón de fondo de nuestro puzle. Y lo bonito de los puzles es que los guardas. Los guardas en algún hueco de algún mueble de algún sitio de tu casa. Los guardas hasta que un día abres el mueble y te acuerdas. Te acuerdas de la belleza de ese puzle e involuntariamente sonríes para tus adentros.